A finales de año se prepara el evento cristiano más conmemorativo y comercial; a su vez, todo tipo de campañas con fines lucrativos o no participan en las conocidas chocolatadas con contenido muchas veces entretenido, reuniendo y concentrando hasta un masivo número de personas; pero, ¿cómo podría afectar un evento de caridad sin malas intenciones, en una sociedad marcada fuertemente por los estratos sociales?

La palabra Caridad deriva de "jaris", un vocablo griego que puede significar "gracia", y se encuentra muy ligada a la religión. Mario Briceño Iragorry sostiene que es la existencia misma de Dios, tratando de poner a prueba el lado misericordioso del hombre. A esto se le suma que debe ser un acto de voluntad, ¿pero se genera su verdadero sentido?

Además de voluntad, esta también significa la búsqueda del cambio: una mejora a la condición precaria; y es que la definición ha ido modificando paulatinamente bajo intereses sociales y políticos a través de los años.

"En nuestra sociedad, la caridad es la balanza más práctica para el bienestar del espíritu. El término tergiversado se convirtió en el placebo del que tiene más, llevándolo en una práctica temporal y que debe aplicar como Analgésico cada cierto tiempo".

La caridad de hoy reemplaza el continuo cambio, por una taza de leche, pan y ropa usada, por tres veces al año. Eduardo Galeano explicaba que la caridad es un acto que humilla de arriba hacia abajo y no busca cambiar las cosas.

Sí, el "big deal" del pobre es que su ayuda es temporal, condenado a ser su único derecho y para siempre estar desfavorecido por el sistema.

El joven u organización iniciada en la mejora social debe analizar si la caridad es relevante según como lo piensa realizar. Si de haber un cambio, debe ser constante, maduro, productivo; dar lo de ahora, mas no lo que sobra, tanto material o no.

fuente : guayogoenletras.com